Pero no todo puede ser de color de rosa. Las cosas no se rigen por lo que tu quieres. La vida es dura, cruel y tormentosa. Hay que saber adaptarse, aceptar los cambios que el destino quiere que haya.
Puede que ahora esté molesta, dolida o jodida; pero es momentáneo, sé que volverá a brillar el sol, sé que la amargura dejará paso a la alegría, a la felicidad.
Volveré a ser aquella chica que tanto anhelo, volveré a sonreír por las pequeñas cosas de la vida, y no lloraré más.
Volveré y, hasta entonces, deberé afrontar los cambios.
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