domingo, 11 de marzo de 2012

Sueños.

Me levanto cuando acaba de amanecer, y todavía estoy contigo, en tu cama. Te miro, y me encantas. Tú aún sigues dormido, con esa carita de niño bueno y  con el pelo despeinado. Me acerco más a ti, pero sin querer despertarte, pegando mi cara en tu hombro. Una pequeña sonrisa asoma en mis labios, al darte un beso en tu piel. Respiras tranquilo, ajeno a todo. Tu mano me rodea la cintura, abrazándome, y yo me acurruco en tus brazos, sintiéndome pequeña y protegida. 
Recuerdo toda la noche anterior. Recuerdo las risas mientras nos metíamos en la cama, y las típicas bromas para picarnos, las que se solucionan a los tres segundos con besos y sonrisas. Recuerdo haberme puesto una de tus camisetas, esa que me queda tan grande, mientras tú te quitabas la tuya, sabiendo como no puedes dormir con ella. Recuerdo haberme acurrucado contigo, y comenzar a darte millones de besos y pequeños muerdos por todo el cuello. Recuerdo haberte escuchado reír, acompañando mis besos con caricias en tu piel desnuda. Recuerdo que al final nos dolían los labios de tantos besos y mordiscos que nos habíamos dado en ellos, y tantos toqueteos que al final no sabíamos donde acariciabamos. Recuerdo habernos quedado dormidos, entre caricias y besos; entre pequeñas charlas de quien quiere más a quien, o quien es más precioso de los dos, y que en eso, claramente, lo eres tú muchísimo más.
Y de nuevo estoy aquí, despierta, junto a ti, mordiéndome el labio recordando la noche anterior. Pero ahora te voy a despertar, de nuevo, con besos en los labios y mordiscos en el cuello. Para sentir tus brazos rodeándome, y notar tus caricias en mi espalda. Y ver de nuevo esos ojos y esa sonrisa que tanto me gustan.

No hay comentarios: